D. Carlos parte de una tradición agraria varias veces centenaria, añadiéndole una nueva dimensión tecnológica y comercial. La clave, una vez más, fue el mismo espíritu que animó a sus antepasados: conservar todo aquello que merece ser conservado, mejorándolo mediante las iniciativas o innovaciones que aportan, en cada época los nuevos conocimientos.
D. Carlos se propuso convertir la nueva marca “Marqués de Griñón” en símbolo global de excelencia para el vino y el aceite de oliva. De hecho, Pagos de Familia Marqués de Griñón ha logrado posicionarse en las listas top mundiales de ambos elementos esenciales de la dieta y cultura mediterráneas.