El vino de Chile se produce regularmente desde el siglo XIX. Sin embargo, su calidad ha venido en aumento a partir de las últimas décadas del siglo XX, con la apertura de los lazos comerciales entre las compañías vinícolas locales y los enólogos y viñedos franceses y estadounidenses. La industria vitivinícola chilena se posiciona como la duodécima productora mundial y lidera como la primera exportadora de América y el hemisferio sur, siendo la cuarta a nivel mundial.