Cuando Agustín Cubero construyó la primera bodega en 1881 en una pequeña localidad llamada Godojos, nunca se imaginaba que su familia en el siglo XXI seguiría con su tradición. Al principio las infraestructuras solo consistían en una red de bodegas y pasadizos subterráneos. Años después en 1953, su nieto Agustín Cubero empezo a ampliar, modernizar y comercializar a nivel nacional sus vinos, siguiendo la tradición familiar.
En 1997 se transladaron a Calatayud y crearon una nueva bodega donde hasta hoy han realizado varias ampliaciones. Hoy la familia Cubero es la que controla directamente toda la bodega para que la quinta generación lo siga haciendo igualmente que sus antepasados.